Inundemos el cuarto de lagrimas y besos.
Y aplastemos las teclas de cada piano para que suenen nuestras voces.
Y hagamos millones de coros.
Todos hablaran de los días en que éramos felices y hablabamos.
Todos nos dicen que volvamos.
Y que sigamos viendo juntos el mar, sentados en estos caballos blancos, galopando hasta que nuestra sangre se una.
Y nos casemos.
Mil años de amor.
Siete meses de ausencia, siete días sin esquivarnos.
Porque solo necesito una semana.
No existirá nuestro tan esperado verano.
No más frio en las noches.
No te voy a soltar.
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