Sábado cálido, igual que los demás.
Salí a pasear por mi barrio con el afán de encontrarme contigo.
Y que grata sorpresa fue verte en los columpios del parque. Me acerqué disimuladamente, para que no creyeses que estaba intentando hacer contacto contigo. No suelo acercarme así.
Bueno, como iba diciendo, tenía preparado un discurso elegantísimo para que quedaras atónita ante mis habilidades como escritor, pero me echaste la mirada menos amistosa de todas.
Enseguida entré en pánico, pues me di cuenta que te habías percatado de mis intenciones.
No dudé un instante y me fui.
No voy a gastar mis habilidades en alguien que no quiere que me le acerque.
Pfff, Luz Elena..
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