A los días les voy a restar los siguiente:
Risas, el olor a lluvia, el ruido del aire acondicionado, el sabor del té helado, momentos, aciertos, venganzas, bromas, tacto y sobretodo silencio.
Y me va a quedar una taza llena de café sin azúcar.
Y me la voy a tomar toda sin parpadear.
Para sentir esa amargura durante horas, hasta que se acabe el primer día.
Y el siguiente, lo mismo.
Al fin y al cabo, decidí convertirlo en rutina.
Para no olvidarme de lo que dejé debajo de mi cama.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario