Me cortaste las palabras.
Me hiciste disolverme en el aire y desaparecer.
Qué soledad se siente. Sentarme en la vereda, contando los colores que se cruzan ante mis ojos.
No llego ni a diez.
Porque me cortaste la voz y te dejé hablar cuanto quisiste.
Y flotaré en tu cabeza.
Me convertiré en tu único pensamiento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario