Escribes para saber si estoy bien.
Y no.
No estás bien. Andas confundida con tu corazón. Te enamoras mucho y te metes mucho en esa relación que no tiene futuro.
Tus amigas te lo dicen, y tu sabes que tienen la razón pero no les haces caso porque tu vida es un desastre.
Por mi parte te trato de animar, pero me haces a un lado.
Yo ya no te escribo para saber si estás bien, porque yo si estoy bien.
Y tu no.
Nunca estás.
No estás en tu casa, ni en la calle, ni paseando al perro o al gato.
Estás escribiendo.
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