Un montón de vibras.
Como esos locos años en los que era joven y aún sabia distinguir el odio del amor.
Cuando me tomaba 10 cervezas y seguía igual.
Y todos juntos nos acordabamos de las masas.
Que unidas formaban nuestros corazones, en llamas.
Y esa pequeña.
Esa mujer que cautivó mi mirada.
Me hizo detenerme en el tiempo tan solo para poder observarla.
Sus cabellos negros.
Sus ojos claros como el cielo.
Tan arreglada iba siempre ella.
Aunque no lo necesitaba.
Esa pequeña, que le dispararon las masas.
Que unidas daban miedo.
El miedo de morir.
Esos locos años que vivimos.
Que la vi morir entre mis brazos.
Y aún me lamento.
Me lamento no haberle dicho.
Haberle dicho que la amo.
Y al verla ya fallecida.
Cae una lágrima sobre su mejilla.
Y le digo,
"Catalina... Lo siento...
Pero así es como termina el cuento".
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